Pauline Kergomard, es conocida como la renovadora de de la Escuela Infantil Pública Francesa y fundadora de la Escuela de Párvulos en Francia.
La Escuela Maternal francesa nace tras la gestión pedagógica por parte de Pauline Kergomard de las salas de asilo (antiguas escuelas infantiles de Francia), de tal manera que en 1882 estas pasan a denominarse Escuelas Maternales, ya que cambia la concepción de las mismas por la metodología llevada a cabo.
Para ella, la cultura física está en la base de su sistema y hace del juego el procedimiento esencial para conseguirla.
Según ella los niños deben tener libertad de elección para poder seleccionar objetos y así aprender obtener información a través de éstos, apoyados por la curiosidad que sienten unida al desarrollo de sus 5 sentidos.
Defendía la idea de una escuela que impartiese lecciones basándose en el aprendizaje que el niño tiene en casa a través de las vivencias que tiene a través de la observación, de la manipulación de los objetos desconocidos y de la ayuda que le presta la madre guiándolo en ese proceso de “aprendizaje doméstico”.
Se debe provocar en él, las ganas de recibir esa lección, de saciar su curiosidad. Afirma que si el niño es libre en la totalidad de sus movimientos en vez de estar sentado, si está al aire libre en vez de en un lugar cubierto, estas condiciones favorecerán al descubrimiento y se apresurará a hacer millones de preguntas.
La Escuela Maternal Francesa, al igual que las demás escuelas que utilizan la metodología propesta por Pauline, se basan en las palabras que esta dice, para demostrar que la manera más sencila y óptima de aprender de un niño es siendo feliz.
" Para que el niño hable es preciso que piense, y para que piense es preciso que viva"
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