
En España, Rosa Sensat puso en marcha en 1914
la Escuela de Bosque de Montjuich, constituyendo esta experiencia educativa un
precedente válido de las actuales aulas de la naturaleza.
En la tipología de las escuelas al aire
libre, encontramos las siguientes características: es una escuela laica,
cooperativa, inclusiva, no sexista, abierta a las familias y al entorno,
constructivista, enraizada en la naturaleza. Es una escuela que prioriza los
vínculos, la creatividad, la autonomía, el respeto, el juego, el aprendizaje,
la cultura, el placer, la palabra, la diversidad y la comunicación. Inclusión
de lo afectivo en la tarea diaria y trabajo en equipo. Respecto a la programación,
en esta escuela se prioriza a los niños, a que estos sean los protagonistas de
sus aprendizajes, por ello, la planificación del trabajo es muy flexible. En
cuanto a las instalaciones, encontramos la cabaña, el depósito de agua potable,
el retrete orgánico y el depósito de leña.

La escuela al aire libre
es una escuela totalmente diferente a las que estamos acostumbrados. Pero es
adecuada, porque los niños que juegan y
aprenden en un entorno natural con regularidad tienen un sistema inmunitario
más fuerte y caen enfermos con menor frecuencia; presentan menos problemas de
obesidad, asma y alergias, y desarrollan mejor sus habilidades motoras, de
equilibrio, agilidad y coordinación. Además, mejoran su capacidad de
razonamiento, observación, atención y concentración; despliegan una actividad
más creativa; son más autónomos.
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