Las escuelas al aire libre
imparten todas las actividades educativas en el bosque, el campo o la playa.
Sus estudiantes desarrollan más sus capacidades y tienen mejor salud, según
diversos estudios. Alemania tiene más de mil escuelas que enseñan al aire libre.
En España este modelo se encuentra en un estado incipiente, mientras en países
como Alemania lleva décadas implantado y tiene más de mil de estas escuelas.
En España, Rosa Sensat puso en marcha en 1914
la Escuela de Bosque de Montjuich, constituyendo esta experiencia educativa un
precedente válido de las actuales aulas de la naturaleza.
En la tipología de las escuelas al aire
libre, encontramos las siguientes características: es una escuela laica,
cooperativa, inclusiva, no sexista, abierta a las familias y al entorno,
constructivista, enraizada en la naturaleza. Es una escuela que prioriza los
vínculos, la creatividad, la autonomía, el respeto, el juego, el aprendizaje,
la cultura, el placer, la palabra, la diversidad y la comunicación. Inclusión
de lo afectivo en la tarea diaria y trabajo en equipo. Respecto a la programación,
en esta escuela se prioriza a los niños, a que estos sean los protagonistas de
sus aprendizajes, por ello, la planificación del trabajo es muy flexible. En
cuanto a las instalaciones, encontramos la cabaña, el depósito de agua potable,
el retrete orgánico y el depósito de leña.
Los principios pedagógicos de la escuela al
aire libre, se centra en la naturaleza del aula. Mejora su psicomotricidad
tanto manual como corporal. Actividades como correr, andar, etc. Fomentar un
aprendizaje en el que el niño procesa la información asociándola a sus
sensaciones y movimientos. Aprovechan la inmensa variedad de especies, plantas,
animales, etc. Aprenden en un entorno tranquilo sin estrés acústico. Cada
proceso natural es diferente les llena de sorpresa y activa la curiosidad.
La escuela al aire libre
es una escuela totalmente diferente a las que estamos acostumbrados. Pero es
adecuada, porque los niños que juegan y
aprenden en un entorno natural con regularidad tienen un sistema inmunitario
más fuerte y caen enfermos con menor frecuencia; presentan menos problemas de
obesidad, asma y alergias, y desarrollan mejor sus habilidades motoras, de
equilibrio, agilidad y coordinación. Además, mejoran su capacidad de
razonamiento, observación, atención y concentración; despliegan una actividad
más creativa; son más autónomos.
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